enero 28, 2011

Non stop



Dutch Winter from Kasper Bak on Vimeo.



"Querer ser optimista está bien, sobre todo porque molestas menos a los demás, pero parece bastante obvio que la vida no es precisamente un camino de rosas. Por otro lado, el pesimismo sin más, crónico, encerrado en sí mismo, sin grandeza, el del amargado o el del acomplejado, el que no surge por la fascinación y la perplejidad y el horror que supone vivir, tampoco aporta nada. La alegría, en cambio, suele ser oxigenante, es un regalo desinteresado que recibimos y damos, un magnífico regalo, me apunto a la alegría. Cioran, Leopardi, Montaigne y otros (autores, artistas, cineastas, o, qué sé yo, buenos conversadores de a pie, creadores anónimos de momentos excepcionales, gente no tan corriente), me producen una alegría intelectual, ganas de vivir y, por qué no, cierto orgullo secreto (muy muy secreto) de pertenecer a la especie humana."

(Nicolás Casariego.)

enero 15, 2011

The Sound







En cuanto a las dificultades, si encuentro alguna leyendo, no me como las uñas con ellas; las dejo en su sitio tras hacer una carga o dos. Si me plantara en ellas me perdería, y perdería el tiempo. Porque tengo el espíritu saltarín. Lo que no veo a la primera carga, lo veo menos obstinándome. Nada hago sin alegría; y la continuidad, así como la tensión demasiado firme, me ofusca el juicio, lo entristece y fatiga. Mi vista se enturbia y dispersa. No tengo más remedio que apartarla y volverla a fijar de manera intermitente; igual que, para juzgar del brillo de la escarlata, nos ordenan pasar los ojos por encima, recorriéndola con varias miradas, rápida, repetidas y reiteradas. Si un libro me disgusta, cojo otro…”


(Reflexiones de Montaigne sobre la lectura.
 Traducción de J.Bayon Brau)    
                                                         
Ilustraciones Alexey Kurbatov

                                                                                                                     Hand In Glove.The Smiths.

enero 03, 2011

Malos tiempos para la lírica




CINCO MANERAS DE MATAR A UN HOMBRE

Hay múltiples métodos engorrosos para matar a un hombre.
Se le puede obligar a que cargue un tablón de madera
hasta la cumbre de un monte y entonces clavarlo.
Para que esto resulte es necesario una multitud de gente
que lleve sandalias, un gallo que cante, un manto
para disecarlo, una esponja, un poco de vinagre y un
hombre que martille los clavos en su sitio.
O es posible buscarse un pedazo de acero
de forma y monturas tradicionales
y tratar de penetrar esta jaula de metal que lo protege.
Si éste es el caso, te hacen falta cabellos blancos,
árboles ingleses, hombres con arcos y flechas,
dos banderas por lo menos, un príncipe y un
castillo donde celebrar el banquete.
Dejando de lado los escrúpulos, puedes también,
si el viento lo permite, asfixiarlo con gas.
Pero entonces necesitas
una milla de fango tallada por trincheras,
sin olvidar las botas negras, los cráteres de bombas,
más fango, una plaga de ratas, docenas de canciones
y algunos sombreros circulares hechos de acero.
En una era de aviación, puedes volar
a muchas millas por encima de tu víctima y liquidarla
con sólo apretar un botoncito.
Todo lo que se requiere, en este caso,
es un océano que los separe, dos
sistemas de gobierno, los científicos del país,
algunas fábricas, un psicópata y un pedazo de
tierra que nadie va a necesitar por varios años.
Estos son, como dije antes, métodos engorrosos
para matar a un hombre.
Más sencillo, directo, y mucho más limpio
es asegurarse de que vive en algún lugar
del siglo veinte, y ahí dejarlo.

Edwin Brook



Mientras suena Big jet plane - Angus and Julia Stone

Angus & Julia Stone – Big Jet Plane